Yodo y cadmio

El YODO tiene que estar presente en los humanos en la cantidad adecuada, ni más ni menos. Un consumo menor está relacionado con lesiones cerebrales en los fetos y bebés, y un consumo excesivo puede afectar muy negativamente las glándulas tiroides.
En el caso de los bebés con mayor motivo, ya que los efectos nocivos son mucho más importantes en este sector de la población. No hace falta tener especial cuidado con él, ya que la leche materna es rica en yodo, pero si tenemos que tener precaución en algas, ya que contienen más del doble de la dosis necesaria. La dosis adecuada de yodo diaria en humanos es de 150 mcg en adultos y de 9 microgramos en bebés hasta 6 años.

En cuanto al CADMIO, la cosa cambia ya que es mucho más sencilla la intoxicación. El cadmio está presente de forma natural a niveles muy bajos, casi imperceptibles, pero el humano ha incrementado muy notablemente sus niveles en la naturales, dando paso a un mayor número de intoxicaciones.
El cadmio tiene efectos tóxicos en riñones y sistemas óseo y respiratorio. Además, se ha demostrado que es carcinógeno en humanos.
Los alimentos más contaminados son los crustáceos, las leches, las carnes de res y todos aquellos alimentos que están creados a partir de despojos, como productos alimenticios procesados, ya sean de carne o pescado.
También puedes intoxicarte con cadmio a través del humo del tabaco, ya sea directa o indirectamente.