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No negar, no ofrecer


Cuando estás a favor de una alimentación autogestionada por el bebé (es decir, practicas con tus hijos BLW y respetas sus ritmos y cantidades), te informas y buscas siempre alternativas saludables para la comida de tus hijos, retrasas al máximo la introducción de alimentos nocivos como la sal o el azúcar; lo más habitual es que te acabes "peleando" con casi todo el mundo.


Son muchos los que te llamarán exagerada, te dirán que los niños tienen que comer de todo o incluso te dirán que estás amargando a tus hijos (déjales que disfruten, ahora que son niños) porque no entienden por qué esos “alimentos” que nos venden que son "para niños" (bollería, chuches, chocolate...) tú se lo niegas al tuyo.


Aunque ya sabemos. A palabras necias…


El problema viene cuando son los propios niños los que nos piden comer esos productos (ni siquiera me atrevo a llamarlos comida). Es inevitable. Ven como en el parque sus amiguitos meriendan un donut, van a cumpleaños azucarados al máximo, la publicidad que no ayuda, la abuela que siempre les recibe con alguna chuche de regalo, los almuerzos de los compis del cole o de la escuela infantil que no son todo lo sanos que nos gustaría, etc, etc.

Todo esto hace que, con el tiempo, tu hijo empiece a querer lo que tú no le quieres dar y tu cerebro entra en una "guerra interna".


Ahí entra el "no negar, no ofrecer".


Es simple. Tu no le ofreces a tu hijo productos que no son sanos, pero tampoco se los niegas cuando te los pide, porque ya sabemos que lo prohibido es mucho más apetecible.

Aunque como veremos hay excepciones, por mucho que nos pida no vamos a dejar que nuestro hijo se tome una cerveza o un café. También influirá mucho la edad y personalidad de nuestros hijos. Vamos a verlo más claro con unos ejemplos


Cómo llevar a cabo el "No negar, no ofrecer" en casa


Si me estoy tomando una cerveza/café/algo picante en casa y mi hijo pequeño me pide (que lo hace) yo le explico que eso es comida de adulto y que él no puede comer. Con esto a veces se conforma y a veces no, lo que puede desembocar en una rabieta. ¿Qué hacer entonces? Pues tratar de tomarme la cerveza cuando él no está o está dormido, simple ¿no?


Ahora, parece que si me estoy comiendo un helado de chocolate y me pide, debo darle, ¿no? Pues yo creo que el mismo argumento que utilizo con la cerveza lo puedo utilizar con el helado, el cruasán o el chocolate: explícarle que eso es comida de adultos y que él no puede comer de eso. Y sobre todo, evitar que te vea comiendo, porque ya sabemos que quién evita la tentación, evita el pecado.


En el caso de mi hijo mayor, que ya no es tan peque, por un lado ya llevo un recorrido amplio de educación nutricional, con lo que no suele pedir cosas que no debe comer, y por otro lado, él ya sabe que la comida de adulto (cerveza, cafeína, etc) él no la puede comer. En caso de ser alimentos no saludables (un helado de chocolate) tengo dos opciones, o comer todos cuando se compran, porque se compran de manera muy ocasional, o me lo como cuando él está en el cole o durmiendo.

Lo lógico es que toda la familia evite comer helado de chocolate, chuches, bollería, o cerveza, pero si no quieres hacerlo, al menos evita que tus hijos consuman ese tipo de productos.

En el parque, con la familia… en el día a día


Cuando llevamos a cabo el método de No ofrecer, no negar hay que saber poner límites, porque mucha gente se escuda en esta norma para darle al niño todo lo que quiere.


Yo por ejemplo en el parque siempre siempre pregunto a los padres antes de ofrecer nada a un niño y les digo a mis hijos que si algún amigo les pide algo de lo que llevan, antes tienen que pedirle permiso a sus papás. O si ellos quieren algo que lleva un amigo que me pregunten. De esta forma hacemos también un poco de pedagogía. Y muchos padres, abuelos... empiezan también a hacer lo mismo. Y no es solo por lo sanos que puedan ser las meriendas de los otros niños es que puede haber alergias o intolerancias y hay que ser precavidos.


Y por esto precisamente es importante tener una Tribu que comparta tus ideales de alimentación y crianza y porque en la Tribu te sientes arropada por gente que piensa y siente como tú, y desde aquí te animo a formar parte de la Tribu de Ranas y Renacuajos.


En el caso de los abuelos, tíos, etc, es más complicado, pero aún así hay que repetir una y mil veces el tipo de alimentación que quieres para tus hijos, y, sobre todo, tener buenos argumentos para contradecir el “toda la vida se ha hecho así”, “nosotros lo hacíamos así y hemos llegado vivos” y otras perlas. Simplemente por respeto, deberían hacer caso. En mi caso me funcionó muy bien el recordar lo poco que les gustaba a ellos cuando los familiares se metían en la educación de sus hijos, eso suele hacerles empatizar.


En eventos especiales: cumpleaños, navidad, vacaciones


Otra cosa (que es donde yo creo que se debe aplicar el "no negar, no ofrecer") es por ejemplo un cumpleaños. Pongamos que te vas de cumple de algún amiguito y hay una mesa enorme repleta de papas, gusanitos, sandwiches de nocilla y demás. Lo que yo hago es primero llevar a mi hijo merendado de casa, el mayor porque sé que no va a comer de nada, y el pequeño porque confío (ilusa de mi) que al tener el estómago lleno comerá menos. Pero si estira la mano y coge unos gusanitos, o me pide tarta o quiere hacer lo mismo que hace el resto de niños que hay allí, pues no me pongo nerviosa, simplemente le dejo comer y trato de distraerlo con juegos o con cualquier otra actividad que haya montada.


En el caso del verano, con los helados, o de las navidades con los turrones, es exactamente la misma técnica, en casa no tener, pero si salimos o nos juntamos y piden, pues comen, disfrutamos y listo.


La edad y la personalidad importan


Yo tengo dos hijos, uno de 10 años, que no quiere probar nada nuevo y no come bollería ni chocolate, ni gusanitos ni nada de eso por voluntad propia (dice que es veneno), y otro de 4 años que es una aspiradora, él ve comida y quiere, sea lo que sea lo que le des. Entonces, con el mayor no tengo problema porque sé que cuando alguien le ofrece algo, él dice que no, pero el pequeño te pide siempre, aunque ya haya comido, e incluso le quita la merienda a otros niños en el parque.


Por otro lado, como hemos visto antes. Con el pequeño, el motivo de que es comida de mayores nos puede valer, pero conforme van creciendo este argumento pierde fuerza. Por eso es tan importante una buena educación nutricional: para que los niños vayan interiorizando por ellos mismos qué es una comida saludable, que no es comida, y qué podemos comer de manera eventual y disfrutarlo sin remordimientos. Por otro lado, debemos enseñar a nuestros hijos que pueden haber otros niños con alergias o intolerancias y que no podemos ofrecer comida sin control a cualquier persona, porque puede hacerle daño.


Conclusiones

Creo que en el ámbito de casa podemos ser más estrictos, además de ser un buen ejemplo para ellos, pero que si un día sales y tu hijo come cosas menos saludables, tampoco te agobies, eso no lo haces cada día, y hasta que la sociedad se conciencie seguiremos siendo las raras. Debemos seguir nadando contracorriente, pero también debemos saber cuando podemos ceder un poco.


Si necesitas ayuda, ponte en contacto conmigo, yo tengo las herramientas que necesitas para ayudarte.

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