Mercurio
El mercurio es un metal pesado que esta presente de manera natural en aire, agua y suelos, pero la contaminación de los océanos lo está convirtiendo en un riesgo para la salud. Según la OMS, es uno de los 10 productos químicos que plantean especiales problemas en la salud pública.
Primero tenemos que diferenciar entra el metilmercurio (que es el peligroso) y el etilmercurio. Este último se utiliza como conservante en algunas vacunas y no supone ningún riesgo para la salud.
La principal vía de exposición humana es el consumo de pescado y marisco con metilmercurio, que es un compuesto orgánico presente en estos alimentos.

En adultos, la exposición a mercurio afecta al sistema nervioso e inmunitario, aparato digestivo, piel y ojos.
Al feto en desarrollo puede dañarle el cerebro y el sistema nervioso, alterando el desarrollo neurológico. A los bebés o niños en desarrollo puede afectar al pensamiento cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, el lenguaje y las aptitudes motoras y espacio-visuales finas.
Hay que tener en cuenta que cocinar el alimento no elimina el mercurio, por lo que la única forma de prevenir el consumo del metal es reduciendo al máximo los alimentos que lo contienen.
El mercurio no sólo está presente en los pescados y mariscos, también lo podemos encontrar en pilas,instrumental de medida como termómetros y barómetros, interruptores y relés eléctricos en diversos aparatos, lámparas (incluidos ciertos tipos de bombilla), amalgamas dentales (para empastes), productos para aclarar la piel y otros cosméticos, productos farmacéuticos... Por lo que es muy importante leer bien el etiquetado y eliminar de nuestra vida cotidiana este tipo de productos.