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Conservación y manipulación de la leche materna


Cuando damos el pecho a nuestro bebé y, por el motivo que sea, no podemos estar "de teta presente" en alguna toma y no queremos utilizar leche de fórmula, la solución pasa por extraernos la leche y que la persona que quede encargada de cuidar de nuestro bebé se la ofrezca.


Ahora bien, ¿cómo manipular y conservar la leche materna para que sea segura para el bebé?


Realmente este es un tema que lleva de cabeza a muchas mamás y cuidadores.


Lo primero que tenemos que tener claro es que la leche materna es un alimento vivo que contiene más de 700 tipos diferente de bacterias además de inmunidad

Por lo tanto debemos tratar de mantenerla viva y, para ello deberemos ser muy cuidados con ella. A continuación os damos unas pautas a seguir.


  • El extractor que utilicemos (en caso de no realizar una extracción manual) y todos sus accesorios deben estar bien limpios y desinfectados. .

  • Los recipientes o envases para conservar la leche materna deben ser estériles y específicos para leche materna

  • Tanto en la extracción como en la manipulación debemos mantener una correcta higiene de manos (algo tan sencillo como lavarse las manos).

  • En cuanto a los tiempos de conservación o "caducidad" de la leche materna deberemos guiarnos por la siguiente tabla.

  • La leche deberá ir directa de la teta a la nevera.

  • Si sabemos que no la vamos a consumir en lo próximos días, congelaremos la leche lo antes posible.

  • Si tenemos leche congelada siempre consumiremos la más antigua primero (en el siguiente punto veremos como etiquetar correctamente la leche).


Algunos consejos a la hora de congelar la leche materna


  • Es recomendable guardar poca cantidad de leche en cada bolsita, de esta forma, el cuidador/a de nuestro bebé podrá ajustarse mejor a lo que demande el bebé en cada momento y se desperdiciará menos leche.

  • Etiqueta siempre cada bolsita con la fecha y la cantidad de leche (aunque la mayoría de las bolsitas llevan medidor, en muchas ocasiones no es muy fiable, con lo que es mejor medir la leche en el biberón y apuntarlo en la bolsita). Te recomiendo que escribas en la bolsa antes de llenarla, te resultará mucho más fácil.

  • A la hora de congelar, puedes mezclar las extracciones de todo un día siempre leche esté toda a la misma temperatura. Mi consejo es que vayas dejando en la nevera todas las extracciones de un mismo día y cuando estén todas frías, las mezcles y ya las guardes en las bolsitas de congelar.

Cuando el bebé tiene menos de un año y dejamos la leche reposar en un recipiente ésta "se separa" dejando el suero por una parte (que es transparente) y la parte grasa por otra (que es blanca o amarillenta). No te asustes, es normal simplemente deberás mezclarla antes de ofrecerla y listo.

Algunos consejos a la hora de descongelar la leche materna


Para descongelar la leche materna tenemos dos opciones: rápido o lento, pero nunca intermedio. Es decir, puedo descongelar y calentar la leche directamente después de sacarla del congelador o pasarla del congelador a la nevera si vamos a tardar una horas en consumirla. Nunca descongelaremos la leche a temperatura ambiente.


Puedes descongelar al baño María o debajo del grifo de agua caliente, aunque esta última opción es la menos ecológica. No pondremos la leche al fuego directamente ni al baño María directo, calentaremos el agua, retiraremos del fuego y añadiremos la bolsita de leche.


No se debe descongelar la leche en el microondas, aunque sí podemos usarlo para calentar la leche, removiendo bien y de manera continuada.


Se puede usar en la misma toma, leches descongeladas de diferentes fechas, sólo hay que mezclarlas bien.

Como te he explicado, la leche materna esta viva, y al calentarla debemos procurar que no pase de los 37-40ºC. Por un lado porque el bebé está acostumbrado a consumir la leche a la temperatura corporal (la leche sale del pecho a 37-38º aprox) y por otro para mantener toda su flora intacta y que pase así al bebé. Si por lo que sea, la leche supera esa temperatura, no te preocupes, es perfectamente segura, pero es posible que la inmunidad y la flora no estén.

Es posible en leche descongelada, un olor a agrio o a rancio, esto se produce porque la estructura de las grasas de la leche cambia. Tu leche no se ha cortado, ni se ha agriado, está perfectamente en condiciones. Normalmente los bebés además no perciben el cambio de sabor y la aceptan con facilidad, aunque hay bebés que la rechazan. En este último caso lo que debemos hacer es ofrecer siempre leche fresca, ya que si no se congela no hay ese cambio químico en la leche.


En algunos casos la lipasa (la enzima responsable de esos cambios en la grasa) actúa incluso sin necesidad de congelar y los bebés rechazan la leche extraída. En esos casos, lo que podemos hacer es calentar la leche en un cazo hasta los 60º (necesitaremos un termómetro de cocina), meterla en la bolsita de congelación y enfriar rápidamente (para esto podemos usar una olla con agua y hielo) y congelar. De esta manera "anulamos" el efecto agrio de la lipasa.


Siempre que sea posible, usaremos leche fresca (sin congelar)

Siempre que sea posible continuar con la lactancia materna, es la mejor opción, y cuando tu bebé esté contigo puede continuar mamando sin problema. Es muy posible que si tienes un horario de ausencia estable, tu pecho produzca menos leche en las horas en las que estás fuera, no te preocupes, esto se soluciona fácilmente tratando de tener un horario estable de extracción.


Si tienes más dudas, no sabes si ofrecer fórmula o alimentación complementaria o cualquier otra cosa, recuerda que con nuestro servicio de consulta puedes resolver las dudas que te surgen cuando tienes que ausentarte de casa durante varias horas. Es normal que te angusties, es un momento crítico en la vida de la madre lactante, pero te aseguro que tú lo pasarás mucho peor que tu bebé. No estás sola, contáctame y calmaré tus miedos.

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