Botulismo
De nuevo, Jonathan Flores, dietista en formación nos escribe un post. En esta ocasión nos habla sobre el botulismo; qué es, cómo prevenirlo y cómo tratarlo.

El botulismo es una enfermedad nueroparalítica producida por las toxinas liberadas por la bacteria Clostridium Botulinum. Estas toxinas bloquean la liberación de acetilcolina y deriva en parálisis.
Características del Clostridium Botulinum
Podemos encontrar Clostridium Botulinum en el suelo y sedimentos acuáticos, y de ahí contaminan el tracto intestinal de los animales, vegetales o frutas. Su crecimiento y proliferación de su toxina se llevan a cabo en productos que se encuentran en una atmósfera con bajo contenido en oxígeno.
La bacteria, normalmente, produce un solo tipo de toxina. Los humanos son más susceptibles a los tipos A, B, E y F. Esta toxina se puede eliminar al aplicar un tratamiento térmico de al menos 80-85ºC por 10 minutos. También son útiles los desinfectantes alimentarios a base de cloro y la exposición al formaldehido.
Tipos y cuadro clínico
Botulismo alimentario
El botulismo alimentario es el más común. Es causado por la ingesta de alimentos contaminados, en los que las esporas sobreviven, germinan y forman células vegetativas, las cuales producen las toxinas. Estos alimentos suelen estar mal conservados, almacenados, cocinados o se les ha dado un tratamiento térmico inadecuado. Los alimentos más comunes involucrados en casos de botulismo son: pescados en lata, fermentados, salados y ahumados; productos cárnicos como el jamón o las salchichas, y conservas vegetales de judías verdes, espinacas, setas, alubias, guindillas y remolachas. Remarcar que suele ocurrir en las conservas caseras.
Los síntomas se presentan tras una incubación de 12h a 36h, aunque se puede alargar a varios días. Comienzan con una afección de los nervios craneales, y progresivamente se ve afectada la capacidad motora. Pueden aparecer náuseas, vómitos y dolor abdominal. También se presentan mareos, visión borrosa y boca seca. No hay fiebre ni alteración del nivel de conciencia.
Botulismo infantil
El botulismo en lactantes suele darse en niños menores de seis meses. Se produce cuando ingieren esporas de Clostridium botulinum, que germinan como bacterias, colonizan el intestino y liberan las toxinas. En la mayoría de los adultos y los niños mayores de seis meses esto no ocurre, porque las defensas naturales del intestino de estos impiden la germinación y crecimiento de la bacteria.
Los síntomas clínicos incluyen constipación, falta de apetito, debilidad, llanto débil y una apreciable pérdida del control de la cabeza. En muchos de los casos no se puede saber exactamente el alimento causante de la enfermedad, pero se aconseja no dar miel ya que contiene muchas esporas.
Tratamiento
El tratamiento consiste en la administración de la antitoxina botulínica lo antes posible tras el diagnóstico clínico para evitar daños en los nervios, y en algunos casos se requiere ventilación mecánica. En lactantes, se utiliza la inmunoglobulina botulínica. Los antibióticos no son útiles (excepto en caso de botulismo por heridas). La recuperación completa puede llevar desde semanas a varios meses.
Prevención
Se basa en las buenas prácticas de preparación de los alimentos, en especial durante el calentamiento/esterilización, y la higiene. El botulismo alimentario se puede prevenir mediante la inactivación de la bacteria y sus esporas en los productos termoesterilizados o enlatados.
La ebullición puede destruir las formas vegetativas de la bacteria, pero no las esporas, que solo se pueden eliminar con tratamientos a muy altas temperaturas que se aplican a nivel industrial.
La refrigeración combinada con la acidez impedirá el crecimiento de la bacteria y la formación de toxinas.
Situación actual
El botulismo no es una enfermedad de gran relevancia actual gracias a las medidas de higiene y prevención de la industria alimentaria. El Centro Nacional de Epidemiología nos indica que, en España, entre 2010 y 2016, se dieron 59 casos de botulismo. La mayoría fue a consecuencia de conservas caseras. La gran parte de los casos se dio en adultos, y su origen fue alimentario.